domingo, 20 de mayo de 2012

En otra ciudad...

Hace ya casi cuatro meses que me mudé a otra ciudad. ¿La razón? Me gradué de la universidad y de inmediato busqué trabajo... y a decir verdad, nunca pensé que lo encontraría tan pronto.
Y un día antes del primer día de trabajo, me mudé a mi nuevo departamento.
El departamento me parecía tan grande... dos pisos para una sola persona es demasiado... se veía tan vacío, me sentía tan sola...
Toda mi vida había vivido con mis papás y justo en Noviembre del año pasado me había hecho novia de uno de mis amigos (y creo que ésta parte merece otra entrada especial en el blog) ... y todos ellos estaban lejos.
Las primeras semanas fueron horribles; la comida se me echaba a perder, dedicaba mucho tiempo al aseo del departamento, no salía nunca (no conocía nada aquí), el boiler se me apagaba cada rato, casi no tenía ropa (la mayor parte se había quedado en la otra casa por lo rápido que fue todo), nunca tenía dinero (tenía que esperar hasta la primer quincena) y por si fuera poco, cada viernes por la noche tenía que regresar a la casa de mis papás para al día siguiente visitar al que era mi novio.
Creo que ha sido una de las etapas más difíciles de mi vida... pero... gracias a Dios, cuando mi hermana entró a la universidad se mudó conmigo (porque su escuela también está aquí) y las cosas comenzaron a mejorar. Días antes había cortado con mi novio (en parte por la distancia, en parte por nuestras extremas similitudes), y mi hermana llegó como un angelito a mi nueva vida; me ayuda a cocinar, a limpiar, salimos juntas, nos cuidamos una a la otra y nos apoyamos.
El trabajo es como catarsis, estoy enamorada de mi carrera y cada día es una nueva aventura; mis compañeros del trabajo son como una familia para mi, varios de ellos también se mudaron de otros lugares y entendemos el proceso que hemos pasado.
Vivir sola y en otra ciudad me ha enseñado muchas cosas, entre ellas la responsabilidad y la independencia. Se escucha fácil, pero las primeras noches lloraba cada que terminaba de hablar con el que era mi novio y cada siguiente día me parecía eterno.
Ahora lo veo como una bendición y no me hubiera gustado que fuera de otra manera. Mis amigos siempre serán mis amigos a pesar de la distancia, y mis papás siempre me recibirán con los brazos abiertos cada que decida volver a casa... para cumplir mis sueños éste era un paso que no me podía saltar.
Si estás pasando por una situación similar, ¡no te preocupes! disfruta éste nuevo comienzo; la gente que ha trascendido en la historia nunca se quedó en su zona de confort, persiguieron sus sueños dejándolo todo.
No te aferres a las cosas ni a las personas, donde quiera que vayas lleva tu corazón contigo, no dejes pedacitos de tu esencia regados por el mundo. Entero y feliz enfrenta los regalos que la vida tiene para ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario